domingo, 9 de junio de 2013

Cortinas

Las cortinas en la decoración constituyen un elemento tanto funcional como decorativo. Sirven para filtrar la luz natural, crear intimidad o acompañar el estilo de la decoración. También pueden utilizarse para realzar la vista al exterior o disimular un defecto de construcción.
Por su variedad y su influencia en la decoración, el uso de cortinas debe ser analizado previamente a su elección. Se debe considerar el propósito de la cortina, el estilo decorativo del ambiente y el tamaño de la ventana. Con estos datos se puede escoger el tipo de cortina a utilizar, el tamaño, la tela y el color o diseño.
Cuando se trata de elegir una cortina las opciones pueden ser muchas. Dar con la cortina indicada requiere tener una idea clara de las distintas variantes posibles: funciones, modelos, diseños, materiales y medidas. También hay que saber que la elección de una cortina, y no otra, puede torcer por completo la decoración y el aspecto general de una habitación.
El primer detalle a tener en cuenta es definir qué factores formales nos demandan colocar una cortina; qué función o propósito práctico contempla nuestra elección.

Las variables pueden ser muchas, incluso una suma de varias. Sin embargo es preciso aclarar cual o cuales serán los motivos en el que tengamos que pensar en una cortina. Estos pueden ser:
• Filtrar (tapar o disminuir) el paso de la luz.
• Resguardar la privacidad.
• Reforzar un estilo decorativo.
• Acompañar o combinar con ciertos detalles de color o estilo a otro elemento de la decoración: una alfombra, el tapizado de un sillón, el empapelado.
• Realzar una vista al exterior.
• Disimular un defecto de construcción.
• Ampliar o reducir visualmente una habitación o una ventana.
Una vez que se tiene  claro para que se va a usar la cortina, se pueden empezar a definir los detalles estéticos: tipo de cortina, color, tela. El tipo de cortina está dado principalmente por el sistema utilizado para colgarla y el diseño adecuado a ese sistema.

Cortina clásica en barrales
La opción más conocida y práctica sin duda son los barrales; fáciles de aplicar, decorativos y adaptables a cualquier tipo de ventana. La diversidad de materiales -madera, hierro, patinados en distintos colores, etc.- nos obliga a pensar seriamente en elegir la mejor opción que se adapte al estilo general de la habitación. Un barral de madera lustrada va muy bien con una decoración rústica, pero podría desentonar con un estilo demasiado moderno. Conocer estos condicionamientos son parte fundamental de la elección.
Otro aspecto de los barrales son los elementos complementarios: argollas, soportes y terminales. También hay que contemplar las diferentes opciones para ocultar o disimular el barral, por ejemplo detrás de un tapa rollos, aunque quedan muy bien visibles y hasta de mayor grosor para darle más protagonismo.
 Acerca de los cabezales: se le llama así a la terminación superior de la cortina. Estos pueden ser fruncidos, planos, con triple o doble pellizco, con o sin tabla,  Desde allí se sujeta las argollas o presillas que las mantendrán en el riel, aunque el cabezal puede incluir una serie de métodos más artesanales que reemplacen a las argollas o directamente las disfrace, por ejemplo tiritas de tela que hacen las veces de argollas.















Cortinas de Rieles
Las cortinas de rieles están compuestas por un riel y unas guías deslizantes en las que se sujeta la cortina por medio de pequeños ganchos. Hay dos clases de rieles, de plástico y de metal. Lógicamente los de metal son mucho más resistentes y aptos para todo tipo de cortinas. Los de plástico se reducen a cortinas livianas o medianamente livianas, pues no resisten demasiado peso. Este sistema de rieles es ideal cuando no contamos con suficiente espacio entre la ventana y el techo para colocar un barral.
Este sistema se completa con cuerdas o bastones para abrir o cerrar las cortinas, que van colocados en un lateral de la ventana o integrado a la cortina.
 Cortinas con Tensores
Novedoso sistema de cable de acero al cual se sostendrá la tela de la cortina por medio de ganchos o argollas. Ante todo es muy práctico y fácil de adaptar a cualquier ventana, pero sólo para cortinas livianas y ambientes de estilo moderno e industrial. Por su diseño despojado se adapta mejor a cortinas simples, sin demasiado diseño, cabezales o volados.







Cortinas Romanas

Las cortinas romanas consisten en un panel de tela liso que se pliega verticalmente, formando un acordeón, gracias a un sistema de varillas horizontales cosidas a intervalos regulares por dentro de la tela. Las varillas sirven para mantener la tela tensa y así los pliegues se forman sin problema. El mecanismo se maneja manualmente por medio de un cordón.






El color de la cortina es determinante en la decoración o en el efecto que se quiera lograr. Las cortinas oscuras reducen visualmente la habitación, mientras que las cortinas claras la agrandan. Los estampados grandes deben ser utilizados cuidadosamente.
Siempre tome en cuenta el material, el color y el diseño de las telas con que están tapizados los muebles del lugar donde va a colgar las cortinas; también es importante considerar el color de las paredes y el tipo de piso, alfombra, o tapetes para que todo armonice.

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